El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro que uno de sus objetivos principales en un segundo mandato será implementar un programa masivo de deportación de inmigrantes indocumentados, algo que calificó como un pilar fundamental de su campaña. Según declaraciones recientes de fuentes cercanas a su equipo de transición, el enfoque inicial estaría dirigido a los inmigrantes con antecedentes criminales, una medida que ha generado preocupación entre las comunidades afectadas. Ante esto, el número de inmigrantes indocumentados en EE. UU. es significativo, con unos 11 millones estimados, muchos de los cuales provienen de países como México, El Salvador, India y Guatemala. Aunque la mayoría de los indocumentados no tiene antecedentes criminales, un informe reciente indicó que la tasa de detención por delitos violentos o de drogas es mucho más baja entre los inmigrantes indocumentados que entre los ciudadanos estadounidenses. Durante su primer mandato, Trump deportó a más de 1,5 millones de personas, y su equipo asegura que el ritmo será aún más rápido en el segundo mandato. Tom Homan, exdirector interino del ICE, ha señalado que las deportaciones serán más selectivas, pero las familias de estatus mixto, es decir, aquellas con miembros ciudadanos y no ciudadanos, también podrían verse afectadas. Además, el futuro de los llamados “soñadores”, inmigrantes que llegaron a EE. UU. siendo niños y están protegidos por el programa DACA, sigue siendo incierto. Aunque algunos de estos jóvenes gozan de protección temporal, Trump podría decidir tomar medidas más drásticas contra ellos, algo que podría desencadenar controversias a nivel político. En cuanto a los recursos, Trump está considerando declarar una emergencia nacional para facilitar la expansión de espacios de detención y la implementación de medidas más estrictas en la frontera. A pesar de las promesas de acción rápida, defensores de los derechos de los inmigrantes alertan sobre los devastadores efectos de estas políticas, que podrían separar familias y afectar a millones de personas que han vivido en EE. UU. durante años. Con el inicio de su segundo mandato el 20 de enero, Trump apunta a restaurar las políticas migratorias de su primer gobierno, desafiando los enfoques más relajados del presidente Joe Biden. Mientras tanto, los funcionarios del ICE y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza aún no se han pronunciado sobre los posibles cambios.
Rusia ha confirmado este martes el primer ataque de Ucrania utilizando misiles balísticos ATACMS de fabricación estadounidense. Según el Ministerio de Defensa ruso, el ataque tuvo lugar a las 03:25 de la madrugada y estuvo dirigido contra una instalación militar en la región de Briansk, en la frontera con Ucrania. En total, fueron lanzados seis misiles, de los cuales cinco fueron interceptados por las baterías antiaéreas S-400 y Pantsir. El sexto misil impactó en el recinto, causando un incendio que fue rápidamente controlado sin víctimas fatales. El parte de guerra publicado en Telegram indicó que no se reportaron muertos ni heridos. Este ataque se produce poco después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizara a Ucrania a utilizar misiles de largo alcance en la región rusa de Kursk, donde se encuentra una gran concentración de tropas rusas apoyadas por fuerzas norcoreanas. La decisión de Biden ha generado divisiones dentro de la Casa Blanca, especialmente a medida que se acerca la asunción de Donald Trump, quien ha prometido limitar el apoyo estadounidense a Ucrania. Finalmente, el uso de los misiles ATACMS marca un nuevo capítulo en el conflicto, intensificando las tensiones en una zona donde Moscú ha desplegado casi 50.000 soldados.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos, con Kamala Harris y Donald Trump como protagonistas, prometen ser de las más reñidas en la historia del país. Según el agregador de encuestas FiveThirtyEight, ambos candidatos están empatados, generando una intensa competencia por los votos en los estados clave. Con este contexto, surge una pregunta inevitable: ¿cuánto tiempo se tardará en conocer al ganador? Históricamente, el anuncio de los resultados varía. En 2016, la victoria de Trump sobre Hillary Clinton se confirmó la misma noche de las elecciones, a las 2:30 de la madrugada en la costa este. Sin embargo, 2020 presentó un escenario diferente: Joe Biden necesitó cuatro días para asegurar los votos en Pennsylvania que le dieron la mayoría en el Colegio Electoral. Este retraso se debió en gran parte al voto por correo, que alcanzó cifras récord impulsado por la pandemia de COVID-19. Para esta elección, los analistas anticipan varios posibles escenarios. Una clara mayoría para Trump podría acelerar el proceso, confirmando su victoria la misma noche del 5 de noviembre. Sin embargo, una ventaja para Harris podría provocar rápidamente impugnaciones legales de parte de los republicanos. Ambos partidos ya tienen preparados equipos legales para enfrentar cualquier disputa en los tribunales, con el fin de asegurar la legitimidad del resultado. Ante esto, si la contienda es cerrada en los estados clave, los resultados podrían retrasarse debido a los procedimientos de recuento de votos anticipados y por correo. Pennsylvania y Wisconsin, en particular, no inician el recuento de estos votos hasta el día de las elecciones, lo cual podría extender el proceso varios días. Ludivine Gilli, directora del Observatorio de América del Norte de la Fundación Jean-Jaurès, estima que, en caso de demora, el resultado final podría conocerse hacia el 7 u 8 de noviembre. Asimismo, la situación también plantea el riesgo de que Trump declare una victoria prematura, como ocurrió en 2020, cuando los votos presenciales le favorecían inicialmente. Además, el posible conflicto legal podría postergar el anuncio definitivo hasta después del 12 de diciembre, fecha límite de certificación estatal según la Ley de Reforma del Recuento Electoral de 2022. Los votos del Colegio Electoral, que se reunirán el 17 de diciembre, serán finalmente contados en una sesión del Congreso el 6 de enero de 2025, momento en que se oficializará al próximo presidente. Finalmente, en cualquier caso, la expectativa y tensión alrededor de los resultados de estas elecciones son máximas, con un margen de incertidumbre que podría prolongarse más allá de lo habitual.
Este lunes, las operaciones de rescate en Valencia siguen en marcha, a seis días de que torrenciales lluvias causaran inundaciones catastróficas que han resultado en al menos 217 muertes en España. La atención se ha desplazado ahora hacia Barcelona, donde las autoridades han declarado alerta roja ante la llegada de nuevas lluvias. Ante esto, un día después de que los reyes de España y el presidente del gobierno fueran recibidos con insultos y bolas de barro por ciudadanos furiosos en localidades afectadas, las prioridades se centran en localizar a los desaparecidos y en la identificación de los cadáveres. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anunció que lacrisis meteorológica en Valencia ha terminado, pero la preocupación crece en la capital catalana, donde se han cancelado servicios de trenes de cercanías y se han anulado o retrasado numerosos vuelos. Asimismo, las inundaciones han dejado un rastro de destrucción, particularmente en la localidad de Aldaia, donde el alcalde Guillermo Luján expresó su inquietud sobre el devastado centro comercial Bonaire: “La parte superior está devastada y la inferior es una incógnita terrible. No tenemos la certeza de lo que vamos a encontrar”. Finalmente, las localidades más golpeadas continúan enfrentando una situación crítica, con calles bloqueadas por vehículos y escombros, y muchas áreas aún sin electricidad ni señal telefónica. Las autoridades advierten que el número de víctimas podría aumentar a medida que continúan las búsquedas en medio de la angustia y la desesperación de la población.
El expresidente de Bolivia, Evo Morales, ha advertido que su captura podría desencadenar unlevantamiento indígena y militar contra el gobierno del presidente Luis Arce. En declaraciones recientes, Morales afirmó que las Fuerzas Armadas se amotinarían si las autoridades lo arrestan, y aseguró que tiene pruebas de apoyo militar y policial. Desde hace 17 días, el exmandatario permanece en Chapare, su bastión político en Cochabamba, mientras sus seguidores bloquean carreteras en el centro del país, exigiendo que se retiren los cargos en su contra. Ante esto, Morales enfrenta acusaciones de trata de personas y estupro, lo cual lo ha colocado en una posición vulnerable frente al gobierno de Arce, quien fue su exministro de Economía. En entrevista con la agencia EFE, el exmandatario declaró:Tengo audios de militares y policías que me dicen 'nos estamos amotinando'. Además, describió la situación como un levantamiento espontáneo de sus seguidores indígenas y campesinos, quienes protestan también por la situación económica en Bolivia. El expresidente relató que el domingo pasado fue víctima de un supuesto intento de asesinato. Según Morales, su vehículo fue atacado con fusiles de alto calibre por hombres armados, en lo que considera un complot para incriminarlo. Estas acusaciones fueron negadas por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien señaló que Morales escapó de un control antidrogas y disparó a agentes de policía. Finalmente, la pugna entre Morales y Arce ha aumentado la tensión en Bolivia, obligando a la Policía a replegarse en algunas zonas y generando disturbios en Chapare. Morales insiste en que no abandonará el país y exige que se lleven a cabo elecciones primarias abiertas en su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), para definir un candidato presidencial en 2025. Además, demandó la renuncia del ministro del Castillo, a quien responsabiliza de sus problemas legales y de un supuesto plan para asesinarlo.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro que uno de sus objetivos principales en un segundo mandato será implementar un programa masivo de deportación de inmigrantes indocumentados, algo que calificó como un pilar fundamental de su campaña. Según declaraciones recientes de fuentes cercanas a su equipo de transición, el enfoque inicial estaría dirigido a los inmigrantes con antecedentes criminales, una medida que ha generado preocupación entre las comunidades afectadas. Ante esto, el número de inmigrantes indocumentados en EE. UU. es significativo, con unos 11 millones estimados, muchos de los cuales provienen de países como México, El Salvador, India y Guatemala. Aunque la mayoría de los indocumentados no tiene antecedentes criminales, un informe reciente indicó que la tasa de detención por delitos violentos o de drogas es mucho más baja entre los inmigrantes indocumentados que entre los ciudadanos estadounidenses. Durante su primer mandato, Trump deportó a más de 1,5 millones de personas, y su equipo asegura que el ritmo será aún más rápido en el segundo mandato. Tom Homan, exdirector interino del ICE, ha señalado que las deportaciones serán más selectivas, pero las familias de estatus mixto, es decir, aquellas con miembros ciudadanos y no ciudadanos, también podrían verse afectadas. Además, el futuro de los llamados “soñadores”, inmigrantes que llegaron a EE. UU. siendo niños y están protegidos por el programa DACA, sigue siendo incierto. Aunque algunos de estos jóvenes gozan de protección temporal, Trump podría decidir tomar medidas más drásticas contra ellos, algo que podría desencadenar controversias a nivel político. En cuanto a los recursos, Trump está considerando declarar una emergencia nacional para facilitar la expansión de espacios de detención y la implementación de medidas más estrictas en la frontera. A pesar de las promesas de acción rápida, defensores de los derechos de los inmigrantes alertan sobre los devastadores efectos de estas políticas, que podrían separar familias y afectar a millones de personas que han vivido en EE. UU. durante años. Con el inicio de su segundo mandato el 20 de enero, Trump apunta a restaurar las políticas migratorias de su primer gobierno, desafiando los enfoques más relajados del presidente Joe Biden. Mientras tanto, los funcionarios del ICE y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza aún no se han pronunciado sobre los posibles cambios.
Rusia ha confirmado este martes el primer ataque de Ucrania utilizando misiles balísticos ATACMS de fabricación estadounidense. Según el Ministerio de Defensa ruso, el ataque tuvo lugar a las 03:25 de la madrugada y estuvo dirigido contra una instalación militar en la región de Briansk, en la frontera con Ucrania. En total, fueron lanzados seis misiles, de los cuales cinco fueron interceptados por las baterías antiaéreas S-400 y Pantsir. El sexto misil impactó en el recinto, causando un incendio que fue rápidamente controlado sin víctimas fatales. El parte de guerra publicado en Telegram indicó que no se reportaron muertos ni heridos. Este ataque se produce poco después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizara a Ucrania a utilizar misiles de largo alcance en la región rusa de Kursk, donde se encuentra una gran concentración de tropas rusas apoyadas por fuerzas norcoreanas. La decisión de Biden ha generado divisiones dentro de la Casa Blanca, especialmente a medida que se acerca la asunción de Donald Trump, quien ha prometido limitar el apoyo estadounidense a Ucrania. Finalmente, el uso de los misiles ATACMS marca un nuevo capítulo en el conflicto, intensificando las tensiones en una zona donde Moscú ha desplegado casi 50.000 soldados.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos, con Kamala Harris y Donald Trump como protagonistas, prometen ser de las más reñidas en la historia del país. Según el agregador de encuestas FiveThirtyEight, ambos candidatos están empatados, generando una intensa competencia por los votos en los estados clave. Con este contexto, surge una pregunta inevitable: ¿cuánto tiempo se tardará en conocer al ganador? Históricamente, el anuncio de los resultados varía. En 2016, la victoria de Trump sobre Hillary Clinton se confirmó la misma noche de las elecciones, a las 2:30 de la madrugada en la costa este. Sin embargo, 2020 presentó un escenario diferente: Joe Biden necesitó cuatro días para asegurar los votos en Pennsylvania que le dieron la mayoría en el Colegio Electoral. Este retraso se debió en gran parte al voto por correo, que alcanzó cifras récord impulsado por la pandemia de COVID-19. Para esta elección, los analistas anticipan varios posibles escenarios. Una clara mayoría para Trump podría acelerar el proceso, confirmando su victoria la misma noche del 5 de noviembre. Sin embargo, una ventaja para Harris podría provocar rápidamente impugnaciones legales de parte de los republicanos. Ambos partidos ya tienen preparados equipos legales para enfrentar cualquier disputa en los tribunales, con el fin de asegurar la legitimidad del resultado. Ante esto, si la contienda es cerrada en los estados clave, los resultados podrían retrasarse debido a los procedimientos de recuento de votos anticipados y por correo. Pennsylvania y Wisconsin, en particular, no inician el recuento de estos votos hasta el día de las elecciones, lo cual podría extender el proceso varios días. Ludivine Gilli, directora del Observatorio de América del Norte de la Fundación Jean-Jaurès, estima que, en caso de demora, el resultado final podría conocerse hacia el 7 u 8 de noviembre. Asimismo, la situación también plantea el riesgo de que Trump declare una victoria prematura, como ocurrió en 2020, cuando los votos presenciales le favorecían inicialmente. Además, el posible conflicto legal podría postergar el anuncio definitivo hasta después del 12 de diciembre, fecha límite de certificación estatal según la Ley de Reforma del Recuento Electoral de 2022. Los votos del Colegio Electoral, que se reunirán el 17 de diciembre, serán finalmente contados en una sesión del Congreso el 6 de enero de 2025, momento en que se oficializará al próximo presidente. Finalmente, en cualquier caso, la expectativa y tensión alrededor de los resultados de estas elecciones son máximas, con un margen de incertidumbre que podría prolongarse más allá de lo habitual.
Este lunes, las operaciones de rescate en Valencia siguen en marcha, a seis días de que torrenciales lluvias causaran inundaciones catastróficas que han resultado en al menos 217 muertes en España. La atención se ha desplazado ahora hacia Barcelona, donde las autoridades han declarado alerta roja ante la llegada de nuevas lluvias. Ante esto, un día después de que los reyes de España y el presidente del gobierno fueran recibidos con insultos y bolas de barro por ciudadanos furiosos en localidades afectadas, las prioridades se centran en localizar a los desaparecidos y en la identificación de los cadáveres. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anunció que lacrisis meteorológica en Valencia ha terminado, pero la preocupación crece en la capital catalana, donde se han cancelado servicios de trenes de cercanías y se han anulado o retrasado numerosos vuelos. Asimismo, las inundaciones han dejado un rastro de destrucción, particularmente en la localidad de Aldaia, donde el alcalde Guillermo Luján expresó su inquietud sobre el devastado centro comercial Bonaire: “La parte superior está devastada y la inferior es una incógnita terrible. No tenemos la certeza de lo que vamos a encontrar”. Finalmente, las localidades más golpeadas continúan enfrentando una situación crítica, con calles bloqueadas por vehículos y escombros, y muchas áreas aún sin electricidad ni señal telefónica. Las autoridades advierten que el número de víctimas podría aumentar a medida que continúan las búsquedas en medio de la angustia y la desesperación de la población.
El expresidente de Bolivia, Evo Morales, ha advertido que su captura podría desencadenar unlevantamiento indígena y militar contra el gobierno del presidente Luis Arce. En declaraciones recientes, Morales afirmó que las Fuerzas Armadas se amotinarían si las autoridades lo arrestan, y aseguró que tiene pruebas de apoyo militar y policial. Desde hace 17 días, el exmandatario permanece en Chapare, su bastión político en Cochabamba, mientras sus seguidores bloquean carreteras en el centro del país, exigiendo que se retiren los cargos en su contra. Ante esto, Morales enfrenta acusaciones de trata de personas y estupro, lo cual lo ha colocado en una posición vulnerable frente al gobierno de Arce, quien fue su exministro de Economía. En entrevista con la agencia EFE, el exmandatario declaró:Tengo audios de militares y policías que me dicen 'nos estamos amotinando'. Además, describió la situación como un levantamiento espontáneo de sus seguidores indígenas y campesinos, quienes protestan también por la situación económica en Bolivia. El expresidente relató que el domingo pasado fue víctima de un supuesto intento de asesinato. Según Morales, su vehículo fue atacado con fusiles de alto calibre por hombres armados, en lo que considera un complot para incriminarlo. Estas acusaciones fueron negadas por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien señaló que Morales escapó de un control antidrogas y disparó a agentes de policía. Finalmente, la pugna entre Morales y Arce ha aumentado la tensión en Bolivia, obligando a la Policía a replegarse en algunas zonas y generando disturbios en Chapare. Morales insiste en que no abandonará el país y exige que se lleven a cabo elecciones primarias abiertas en su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), para definir un candidato presidencial en 2025. Además, demandó la renuncia del ministro del Castillo, a quien responsabiliza de sus problemas legales y de un supuesto plan para asesinarlo.